jueves, 3 de octubre de 2013

El relato maravilloso

Los cuentos maravillosos son relatos de origen oral que conservan vestigios de creencias antiguas como la de la existencia de espíritus dueños del bosque, de los lagos, las montañas, el culto el culto a los antepasados, y la hechicería entre otras. Pero esto no determina su valor porque el pueblo hace tiempo que ha perdido esas creencias. El cuento no es presentado nunca como una realidad, el cuento es válido, precisamente, como una invención. Pero a pesar de ese carácter fantástico, interpreta los elevados ideales vitales del pueblo, que dio cuerpo a unos héroes que defienden a los desamparados, fuertes y magníficos en su audacia sin límites.
Según el lingüista ruso Vladimir Propp, lo más importante del cuento maravilloso son las funciones o acciones diversas de cada tipo de personaje, definidas desde el punto de vista de su significación en el desarrollo de la trama. Redujo a treinta y una las funciones de los cuentos estudiados por él aunque no aparecen todas en un mismo relato. En líneas generales, la sucesión de los acontecimientos sería la siguiente:
1. El héroe padece una carencia o sufre una agresión.
2. El héroe se aleja del lugar familiar.
3. En el camino encontrará a un donante que le hará entrega de un objeto maravilloso, o un ayudante mágico que lo auxiliará, o a un informante que lo instruirá en el comportamiento correcto que deberá desempeñar para triunfar.
4. Gracias a alguna de esas ayudas, el héroe logrará superar las pruebas prematrimoniales y casarse con la 
princesa, con lo que la carencia inicial quedará solucionada; o también, alternativamente, vencer a un dragón, gigante u otro monstruo y reparar la fechoría cometida contra él, su familia o la comunidad.
5. El final es feliz casi siempre: la boda, el perdón, el restablecimiento de la felicidad inicial...; y los malvados son cruelmente castigados. 
 Se cierra el final de la historia con alguna de las típicas fórmulas: "Se acabó mi cuento con pan y pimiento y todos contentos." "Y zapatito roto, otro día te cuento otro." "Y vivieron felices comiendo perdices y a mí me dieron con los huesos en las narices". 

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